Morelia la ciudad de la cantera rosa
Historia:
Morelia fue
fundada en el 18 de mayo de 1541 por el Virrey don Antonio de Mendoza, con el
nombre original de "Nueva ciudad de Michoacán", que cambio a
"Valladolid" en 1578. Desde 1828, en honor a su hijo Don José María Morelos y Pavón, héroe de la Independencia de México es llamada “Morelia”
Posee una rica vida cultural heredada en el tiempo. Gracias al patrimonio
arquitectónico conservado desde la época colonial, el centro histórico de
Morelia fue declarado Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO en
1991
La principal actividad económica de Morelia son los servicios, entre los
que destacan los financieros, inmobiliarios y turísticos, seguidos por la
industria de construcción, la industria manufacturera y en último término las
actividades del sector primario. Como parte de su activa vida turística, la
ciudad es sede de importantes festivales culturales anuales como los festivales
internacionales de música, órgano, cine y gastronomía.
No puedes irte sin probar su riqueza gastronómica
La cocina michoacana fusiona los secretos culinarios ancestrales de la etnia purépecha con sabores y especias que fueron traídas por los conquistadores españoles. Este choque cultural no sólo creó un sincretismo al combinar ingredientes de ambos continentes, sino que modificó las técnicas para cocinarlos. Se continuó el uso de vasijas y platos de barro, pero los utensilios de metal entraron en las cocinas locales. Un sinfín de elementos nuevos otorgó un sabor distintivo a las distintas regiones de Michoacán.
La gastronomía moreliana es muy variada. Si no sabes qué probar, puedes empezar por el pollo placero, que va acompañado con vegetales. Las corundas son parientes de los tamales y se sirven envueltas en hojas de maíz. La tradición cuenta que éste era el platillo favorito de Caltzontzin, emperador purépecha, y que lo consumía en las grandes celebraciones. La lista de delicias morelianas continúa: el churipo es un caldo preparado con chiles rojos, carne y verduras; atapakuas es un guiso espeso de carne y vegetales muy picante que se acompaña con queso; los uchepos, hechos de maíz tierno, son una variante local de los tamales. Por supuesto, no hay banquete sin una buena bebida para brindar. La bebida tradicional de Michoacán es la reconocida Charanda, elaborada con caña destilada.
“Si
vienes a Morelia y no pruebas los gazpachos, no viniste a Morelia”
La transformación
del original gazpacho andaluz es un misterio que se perdió en el pasado. Lo que
tienen en común el gazpacho andaluz y el gazpacho tradicional de Morelia es que
ambas recetas son de carácter refrescante y el hecho de usar sólo ingredientes
crudos. A diferencia de la sopa andaluza, que actualmente se prepara con todos
los ingredientes licuados, la fruta del gazpacho moreliano siempre va picada.
El gazpacho que es un distintivo de la ciudad de Morelia, Michoacán
consiste en fruta finamente picada (típicamente jícama, mango, y piña; algunos
también añadan sandía) a la cual se le puede agregar cebolla, vinagre, queso,
chile en polvo, salsa picante, jugo de limón y jugo de naranja.
Acueducto: Construido originalmente bajo la orden del Obispo Fray Antonio de San Miguel en el año de 1785, sirvió para proveer agua a las fuentes y conventos del centro de la ciudad, así como también para dar empleo a los indígenas de la zona. Cuenta con un hermoso estilo barroco que lo ha convertido en símbolo de la ciudad y está constituido por 253 arcos, su actual estructura de mampostería data en su mayor parte del siglo XVIII.
Sobre todo…
lugares que no puedes dejar de visitar si vienes a Morelia
Centro Histórico de Morelia se encuentra en el estado mexicano de Michoacán.
Es por la UNESCO
Patrimonio de la Humanidad desde 1991.
Construido en el siglo XVI, Morelia
es un magnífico ejemplo de la planificación urbana española, que combina las
ideas del renacimiento español con la experiencia de
Mesoamérica.
Tiene una traza recta, la cual crea el efecto en el que siempre hay sol en una
acera y sombra en la acera contraria. Bien adaptada a la inclinación de los
cerros, las calles de Morelia todavía siguen su trayecto original. Más de
doscientos edificios históricos, todos en roca de color rosa, tradicional de la
región, reflejan la historia arquitectónica de la ciudad. Morelia fue cuna de
muchas figuras importantes en el México
independiente y ha tenido un papel relevante en la historia de su país. Cabe
destacar que el Centro Histórico de Morelia, es el único en México que no tiene
un zócalo (Plaza Mayor).
La Catedral: Es un enorme
coloso de cantera rosa con torres de casi 70 metros de altura, una triple
fachada con retablos y tres patios interiores adornados con impresionantes
murales. Su construcción se inició en 1660 y concluyó en 1744. Cuenta en su
interior con un monumental órgano de principios de siglo constituido por 4,600
flautas. También se pueden encontrar en su interior, valiosas pinturas y una
imagen del Señor de la Sacristía realizada en el siglo XVI.
Podrá admirar la Catedral, donde todos los sábados hay un
espectáculo de luz y sonido con fuegos artificiales, el Palacio de Gobierno,
Centro Cultural Clavijero, Museo Regional, Casa de Morelos, Ex convento del
Carmen.
Acueducto: Construido originalmente bajo la orden del Obispo Fray Antonio de San Miguel en el año de 1785, sirvió para proveer agua a las fuentes y conventos del centro de la ciudad, así como también para dar empleo a los indígenas de la zona. Cuenta con un hermoso estilo barroco que lo ha convertido en símbolo de la ciudad y está constituido por 253 arcos, su actual estructura de mampostería data en su mayor parte del siglo XVIII.
Fuente "Las Tarascas" se encuentra ubicada en el
centro histórico de la ciudad de Morelia, representa la fertilidad del estado
de Michoacán y está constituida básicamente por 3 mujeres indígenas que
sostienen una batea típica llena de frutos regionales. Esta fuente se ha
convertido en uno de los principales símbolos de la ciudad.
Templo de Las Rosas: Las Madres Dominicas llegaron a la Antigua Valladolid, hoy Morelia, a
finales del siglo XVI y se refugiaron en un lugar alejado de la ciudad. En 1743
se trabajó en el Templo de Las Rosas, ya que el antiguo convento serviría como
colegio para niñas. A la iglesia de estilo barroco se le añadieron tres
retablos dorados que le han dado un toque distintivo desde entonces.
Durante las misas, las internas se colocaban detrás de la reja que divide al coro de la nave y no tenían contacto con los vecinos.
La fachada del templo es doble y se puede apreciar desde la Avenida Madero.
Otra de las peculiaridades de este templo barroco es que la puerta no se ubica frente al altar, como comúnmente sucede en las iglesias, sino a un costado.
Conservatorio de las rosas: Hay un conjunto arquitectónico que destaca entre muchos edificios en Morelia. Es un rincón con un bello jardín lleno de restaurantes, artistas exhibiendo su obra, bancas, árboles, un par de estatuas y una fuente al centro. Y al fondo, una construcción con arcos altos se levanta. Fue el convento de las religiosas dominicas y después escuela de niñas.
En 1738 el obispo Matos Coronado lo adquirió y lo nombró “Colegio de Santa Rosa”, de ahí se heredó el nombre con el que se le conoce. Desde el siglo XVIII se imparten clases musicales y por lo mismo es considerado como el primer conservatorio de América. Es sede del famoso coro “Niños Cantores de Morelia.”
La fachada es de estilo barroco y el patio y jardines centrales destacan por su belleza.
Museo del Dulce: Si existe una ciudad en México con gran tradición en la repostería es
Morelia. Desde la época prehispánica se preparan deliciosos dulces en la
región, recetas que se enriquecieron con el mestizaje. En pleno centro de la
ciudad hay dos rincones dedicados a esta tradición culinaria: el Museo del
Dulce y el Mercado de Dulces.
Dicen que ha creado este museo para conservar la historia y tradiciones de Michoacán.
El museo está integrado por lo que denominan cuatro etapas en la historia del dulce:
1ª etapa: El inicio de la elaboración del dulce en los conventos y monasterios de la colonia, quienes fueron testigos mágicos que los vieron nacer.
2ª etapa: La elaboración casera en casonas de canteras rosas, donde las familias morelianas le acabaron de dar forma a esta tradición y comenzaron a dedicarse a este oficio como actividad económica.
3ª etapa: La comercialización en los primeros establecimientos de dulces de la ciudad.
4ª etapa: Las primeras fábricas de dulces, la industrialización y la e empresas actuales.
Contiene más de 300 variedades de dulces tradicionales, envueltos en un típico ambiente moreliano de la época porfirina. Entre los dulces que se pueden adquirir están: ates, laminillas, jaleas, morelianas, cajeta, cocadas, rollo de guayaba, jamoncillos de leche, fruta cubierta, dulces de tamarindo, checolines, rielitos, paletas, rompope, licor de frutas, alegrías, chocolate de metate, natillas, chongos, arrayán, camotes, alfajor, huevos reales, borrachitos, jamoncillos de pepita de calabaza y de nuez, bolitas de leche quemada, pasta de almendra, nuez de macadamia, fresas cristalizadas, entre otros.
Los tenderos están vestidos a la usanza y hasta el visitante puede vestirse
con suntuosos trajes que datan de 1900 y tomarse una fotografía “vintage”.
También se cuenta con una cafetería que sirve el chocolate casero y la tradicional Nieve de Pasta de Pátzcuaro, una galería de fotos de la Morelia de antaño y venta de juguetes típicos de Michoacán.
También se cuenta con una cafetería que sirve el chocolate casero y la tradicional Nieve de Pasta de Pátzcuaro, una galería de fotos de la Morelia de antaño y venta de juguetes típicos de Michoacán.
Mercado de dulce: En parte de lo que fue el colegio de los Jesuitas
(actualmente Palacio Clavijero), se levanta un típico mercadito mexicano, sólo
que no contiene el colorido de las frutas, sino lo que celosamente resguardan
las abejas que rondan por doquier: dulces, además de artesanías michoacanas.
Jardín Luis Gonzales, también
llamado Jardín de las Rosas.
Justo enfrente al conjunto conocido como “Las Rosas” se encuentra este jardín con árboles, bancas, cafés y una fuente al centro.
Justo enfrente al conjunto conocido como “Las Rosas” se encuentra este jardín con árboles, bancas, cafés y una fuente al centro.
Santuario de Nuestra Señora de
Guadalupe: En
los límites del centro histórico de Morelia, del lado oriente de la ciudad, se
encuentra el magnífico Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, una
impresionante iglesia considerada uno de los cinco templos más bellos del país.
El santuario se encuentra comunicado a una plaza a través de la Calzada de San
Diego, una calle empedrada de unos 300 metros, que en medio de bellas casas y
abundante vegetación, conduce hacia la iglesia.
Aunque la fachada tiene un sobrio estilo barroco, al interior de la iglesia el espectáculo es impresionante. La espléndida ornamentación combina, tanto la perfección de las técnicas indígenas en barro, como el fino trabajo europeo de yesería. El resultado es una majestuosa decoración que comprende miles de hojas y detalles florales en muros, bóvedas y cúpulas; una impactante mezcla de estilos, colores y tonos rojizos, rosas y dorados.
Biblioteca Pública: Desde 1930 hasta la
actualidad, la Biblioteca Pública de la Universidad Michoacana de San Nicolás
de Hidalgo se encuentra localizada en lo que fue originalmente el templo de la
Compañía de Jesús, su construcción de estilo barroco data del siglo XVII y es
una de las atracciones en Morelia que vale la pena conocer.
Palacio de Gobierno: Edificio que originalmente
fuese el Seminario Tridentino de Valladolid, cuya construcción se terminó en
1770. Es actualmente la sede del Poder Ejecutivo del Estado desde 1867. En su
interior se aprecia el estilo arquitectónico moreliano, elegante y severo; en
él se encuentran 3 murales del artista michoacano Alfredo Zalce en los que se
plasman majestuosamente distintos episodios de la historia de México.
Palacio Municipal: El actual Palacio Municipal
fue en sus inicios, un almacén de tabaco desde el cual se llevaba a cabo el
control y la venta del mismo. Al consumarse la Independencia, pasó al poder del
Gobierno Federal el cual instaló en este sitio sus oficinas en el año de 1859.
Su patio octagonal es una auténtica joya de la arquitectura moreliana.